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Concepto elemental para interpretar los efectos de un terremoto en las
construcciones y en los objetos
Efectos en las Construcciones:
Podemos interpretar el efecto de un terremoto en las construcciones,
como un movimiento brusco de sus fundaciones. Los parámetros que permiten
estudiar las características de dicho movimiento y su efecto en las
estructuras, son: el desplazamiento, la velocidad, la aceleración, la
energía liberada, etc., todos en función del tiempo (pues es un efecto
dinámico). Estos datos se obtienen del procesamiento de la información
registrada por instrumental adecuado (sismógrafos, acelerógrafos, etc.).
El efecto que el viento produce en distintos elementos se puede
representar por una fuerza horizontal en la dirección y sentido del
mismo, cuya magnitud depende de su velocidad y de la superficie expuesta.
Este fenómeno es intuitivamente interpretado por las personas que, ante
la acción de un fuerte viento, se colocan de costado a la dirección del
mismo, disminuyendo la superficie expuesta y, en consecuencia, la fuerza
horizontal provocada.
A fin de interpretar intuitivamente el efecto que un sismo provoca en las
construcciones, observemos lo que sentimos cuando viajamos de pie en un
colectivo; nosotros representaríamos el edificio, nuestros
pies, las fundaciones, y el piso del vehículo, el terreno de fundación.
Cada vez que el colectivo experimenta un cambio en la velocidad (esto es
una aceleración), sentimos una fuerza horizontal que nos empuja hacia
atrás o hacia adelante según sea que arranque (aceleración positiva) o
frene (aceleración negativa).
El valor de dicha fuerza dependerá de la aceleración del vehículo (que
representaría la intensidad del sismo), y de nuestro peso (que representa
la masa del edificio). Resulta evidente que cuanto mayor sea la
aceleración y el peso, mayor será la fuerza experimentada.
De esta manera, en forma muy simplificada podemos interpretar el efecto
del sismo en las construcciones como "una fuerza horizontal"
cuyo valor se determina en función de la aceleración del terreno
(intensidad sísmica), y de la masa del edificio (o sea de su peso).
La aceleración provocada por el sismo en el terreno puede tener cualquier
dirección y sentido, y se representa a través de tres componentes: dos
horizontales perpendiculares entre sí (por ejemplo norte-sur y
este-oeste), y una vertical. Las componentes horizontales provocan fuerzas
sísmicas en esa dirección, y la vertical da lugar a fuerzas verticales,
que se suman o restan (según su sentido), a las fuerzas gravitatorias
(peso) de los elementos afectados. Este último efecto es equivalente al
que sentimos dentro de un ascensor cuando se pone en marcha o se detiene.
Las fuerzas horizontales son las principales responsables de los daños en
las estructuras, y tienden a "volcar" los edificios; las
verticales afectan fundamentalmente a partes estructurales en voladizo,
tales como aleros y balcones.

Representación esquemática del efecto del sismo
en las personas y en las construcciones
Efectos en los Objetos
Lo visto anteriormente es válido para cualquier elemento expuesto a la
acción de un sismo. Es decir que un objeto cualquiera experimentará
durante un sismo, fuerzas horizontales y verticales adicionales a su
propio peso, las que serán proporcionales a la masa del mismo .
Si bien el sismo constituye un fenómeno dinámico, cuyo estudio implica
tener en cuenta innumerables variables, podemos, en forma simplificada,
considerar su efecto a través de la acción de tres fuerzas (adicionales
al peso propio), dos fuerzas horizontales (según dos direcciones
perpendiculares) y una fuerza vertical, aplicadas en el centro de gravedad
(lugar donde se puede considerar concentrado el peso) del elemento.
La cuantificación de estas fuerzas es una tarea que necesita de la
consideración de una serie de factores, tales como: las características
del sismo, las condiciones del suelo, el tipo de estructura (sus
características resistentes, estáticas y dinámicas), etc. No obstante,
a los fines de evaluar este efecto en los elementos comunes en el hogar,
la oficina, etc., se pueden considerar dichas fuerzas con un valor igual
al peso del elemento. Es decir que un objeto de peso P, se encontrará
sujeto a fuerzas horizontales y verticales, como consecuencia de un sismo,
aplicadas en su centro de gravedad.
Este criterio debe utilizarse para realizar una revisión a conciencia de
todos los objetos existentes en una vivienda, oficina, aula, etc., a fin
de evitar el posible vuelco de los mismos ante la ocurrencia de un sismo.
REFERENCIAS |

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P: peso del elemento |
Fs1, Fs2: fuerzas sísmicas en la dirección horizontal 1 ó 2 |
Fsv: fuerza sísmica vertical |

Efectos de las fuerzas sísmicas sobre los objetos
En función de lo antes indicado surge la conveniencia de:
-
Amurar los muebles altos.
-
Colocar los objetos más pesados en los estantes inferiores
-
Evitar ubicar elementos pesados (tales como floreros) en lugares
altos, sin una protección especial contra su caída.
-
Verificar la estabilidad de los elementos y considerar un peso
adicional igual a su propio peso, etc.
Concepto de construcción sismorresistente y de materiales aptos
Se entiende por Construcción Sismorresistente, aquélla que posee una
estructura resistente, en cuyo proyecto y ejecución se han considerado,
además de las cargas permanentes y las sobrecargas de servicio, las
acciones provocadas por el sismo. Son, en consecuencia, construcciones
capaces de resistir adecuadamente los efectos provocados por un terremoto.
Se considera sismorresistente a toda construcción proyectada y
construida de acuerdo con los reglamentos; esto no significa que la misma
no vaya a sufrir daños ante sismos severos.
Vulnerabilidad Sísmica
Es un término relacionado con un edificio o estructura propenso o
susceptible de sufrir daño o colapso debido a un terremoto potencial.
Se determina que un edificio es sísmicamente vulnerable si no cumple con
los reglamentos vigentes para construcciones sismorresistentes y con los
criterios actuales de ingeniería sismorresistente, o si un análisis
determina que el sistema estructural no es apto para resistir las acciones
sísmicas y es susceptible de sufrir daño severo o aún de colapsar
debido a un evento destructivo.
Disminución de la vulnerabilidad en zonas de alto peligro sísmico
Es indudable el importantísimo aporte realizado por la Ingeniería
Sismorresistente a la disminución de la vulnerabilidad sísmica de las
construcciones. En la actualidad, el nivel de conocimiento del efecto
sísmico en las estructuras, así como del comportamiento de los
materiales, permite proyectar y ejecutar construcciones seguras ante la
ocurrencia de terremotos.
No obstante lo antes indicado, el concepto actual de vulnerabilidad
sísmica es mucho más amplio, e involucra a otras disciplinas cuya
participación resulta hoy indispensable para lograr el nivel de seguridad
deseado.
Podemos mencionar las consecuencias de la ocurrencia de un terremoto, y
las personas directamente comprometidas con las mismas:
Consecuencias inmediatas:
Destrucción parcial o total de construcciones: Es éste, en general,
el primer parámetro de evaluación; causa el mayor número de víctimas y
pérdidas materiales directamente relacionadas con el terremoto. Las
profesiones comprometidas son principalmente la arquitectura (diseño
arquitectónico), la ingeniería sismorresistente (diseño estructural), y
aquellas relacionadas con la ejecución de las obras.
Consecuencias mediatas:
1. Falta de una respuesta adecuada a las necesidades de la población
afectada: Por ejemplo: servicio de traslado y atención de heridos;
remoción de escombros y retiro de las víctimas; abastecimiento de agua
potable; organización para la solicitud, recepción, clasificación y
distribución de la ayuda externa; control de epidemias; etc. Resulta
interminable la lista de profesionales o sectores comprometidos en esta
etapa; podemos citar por ejemplo: urbanistas, ingenieros, el sector de
la salud; el sector de servicios (agua, electricidad, gas,
comunicaciones, etc.); bomberos; policía; sector de gobierno; etc.
2. Otras situaciones que se producen como consecuencia de la
ocurrencia de un terremoto son: incendios; colapso de construcciones que
resultaron dañadas durante el evento principal, por la ocurrencia de
réplicas; saqueos; interrupción de actividades económicas (tales como
cosecha, transporte, industria, etc.); éxodo poblacional; etc.
Prácticamente la totalidad de la población se encuentra comprometida,
y resulta de suma importancia su grado de preparación para enfrentar
esta situación.
Como puede verse, la disminución de la vulnerabilidad en una zona,
necesita de la intervención mancomunada del Estado y de la sociedad civil
en su conjunto. El primero, a través de políticas públicas adecuadas,
tendientes a un crecimiento ordenado de los asentamientos poblacionales;
programas para la disminución de la vulnerabilidad en sectores ya
construidos (por ejemplo, planes de crédito para el refuerzo de
estructuras existentes); mantenimiento de los servicios de emergencia con
equipamiento y personal adecuados para enfrentar una situación de
desastre; programas de información e instrucción a fin de lograr una
"conciencia sísmica" en la población; etc.
La sociedad civil, desde los profesionales, técnicos, asociaciones
intermedias y ciudadanos en general, deben sentirse íntimamente
comprometidos con este tema.
Los profesionales (ingenieros, arquitectos, médicos, docentes, etc.)
deben tener permanentemente presente que se encuentran en una "zona
sísmica", y su responsabilidad ante la sociedad, debe llevarlos a
desarrollar su actividad de modo tal de disminuir, cada uno en su ámbito
de acción, la vulnerabilidad de la población. El compromiso debe llegar
hasta cada hogar, donde el ama de casa debe contar con un plan de
emergencia familiar, que le permita saber qué debe y qué no debe hacer
antes, durante y después de un terremoto, a fin de disminuir el riesgo de
su propia familia a través de una conducta adecuada. |
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